Cómo contabilizar la reforma de una oficina

Realizar una reforma en la oficina tiene muchas ventajas, entre ella la revalorización del espacio de cara a su futura venta, si se diera el caso. No obstante, muchos empresarios no saben cómo se debe contabilizar una reforma de esta índole, ya que no se trata de una obra personal sino del espacio de trabajo, y por lo tanto debe reflejarse como tal. Ahora bien, uno de los primeros aspectos que debes valorar a la hora de contabilizar la reforma de una oficina es si se trata de un local propio o de un local arrendado, pues hay matices muy diferentes entre ambos.

Sea como fuere, contabilizar una reforma de estas características no es sencillo y depende de varios factores, por lo que deberás analizar en profundidad la operación. En este artículo vamos a darte algunas pautas básicas para que te orientas a la hora de contabilizar una reforma de este tipo, si bien nuestra recomendación siempre es contactar con un profesional para que se encargue de este tipo de asuntos contables.

Qué se considera una inversión

Las acciones que se realizan durante una reforma se dividen entre gastos e inversión. La inversión es aquello que implica una revalorización del inmovilizado materia, como hemos comentado anteriormente. Se considerará una inversión, así pues:

  • Renovación. Una renovación del espacio íntegro, en cuyo caso se daría de baja aquello que se ha sustituido y se registraría el resultado producido tras la reforma, en base a la diferencia entre el valor contable y el producto que se ha recuperado.
  • Mejora o ampliación. Se consideraría inversión en el caso de que la reforma implicase aumentar la capacidad de producción del espacio, mejorar su productividad o alargar su vida útil.
  • Piezas de recambio. Se entiende que estas piezas suponen una revalorización del espacio al sustituir piezas de mayor antigüedad o menor eficiencia, además de mantener asimismo repuestos de sustitución.
  • Reparaciones o inspecciones habituales de carácter general.

Qué se considera un gasto

De igual modo que algunas de las acciones que se llevan a cabo durante la reforma de una oficina se consideran una inversión, otras son consideradas un gasto. Desde UrbanaInteriorismo, expertos en reformas de esta índole, nos han mencionado los siguientes puntos:

  • Reparación y conservación. Exceptuando aquello que se somete a inspección habitual al cabo de cierto período de tiempo, si algún elemento se sustituye se dará de baja tanto dicho elemento como su amortización acumulada.
  • Piezas de recambio. Se consideran un gasto las piezas de recambio que tengan un ciclo de almacenamiento menor al año.

Glosario básico de la contabilización de reformas de oficina

Una vez sabiendo esto, y para comprenderlo en mayor medida, vamos a incluir un pequeño glosario con algunos de los términos que hemos empleado para que podáis entender en mayor medida a qué nos referimos con cada concepto:

  • Reparación. Con reparar nos referimos al procedimiento que se lleva a cabo para volver a poner en funcionamiento los bienes muebles o inmuebles de la empresa.
  • Conservación. Su objetivo es mantener el activo (es decir, los bienes) en condiciones óptimas para su correcto funcionamiento, lo que se traduce en un mantenimiento de la capacidad productiva.
  • Renovación. Es el conjunto de acciones que se llevan a cabo para recuperar la productividad de un bien. La renovación se realiza para ampliar las capacidades de eficiencia de un espacio desde múltiples perspectivas, y constituye una revalorización de los bienes que se someten a ella.
  • Ampliación. Ampliar un espacio consiste en añadir nuevos elementos a un inmueble, lo que se traduce en una mayor capacidad productiva. Ampliar un inmovilizado implica obtener más espacio para la actividad a realizar.
  • Mejora. Realizar una mejora en un inmueble implica alterar el espacio para optimizar su productividad, sustituyendo elementos de menor calidad y ampliando su eficiencia.
  • Piezas de recambio. Piezas destinadas a incorporarse en equipamiento, maquinaria o instalaciones, y cuyo fin es sustituir otras piezas ya deterioradas u obsoletas.

Amortizaciones

Si al finalizar la reforma el inmueble se ha revalorizado, el siguiente paso es analizar cuál será la dotación de amortización para la empresa. En este caso pueden sucederse de dos formas: si el bien ha sido totalmente amortizado, el mayor valor del activo se amortizará en función del plan de amortización de la propia empresa. Si, por otro lado, el bien no está totalmente amortizado, se amortizará cada elemento del inmueble de forma independiente.