Diferencias entre traducción jurada y jurídica

La traducción es una de las disciplinas más importantes en la actualidad porque vivimos en un mundo globalizado que requiere de una comunicación fluida, fiel y a menudo instantánea. Esto se vuelve más relevante si cabe en determinados entornos, en los cuales la precisión de una traducción debe ser milimétrica para asegurar los mejores resultados para ambas partes, motivo por el cual hay profesionales especializados en la traducción de determinados documentos relacionados con el ámbito jurídico, administrativo, sanitario… En definitiva, hay disciplinas en las que se precisa de una traducción especializada dentro de dicho campo, pues el lenguaje técnico necesario y los efectos prácticos de dicha traducción requieren de un resultado óptimo y libre de errores.

Es en estos sectores donde entran en juego conceptos como traducción jurídica y traducción jurada. Si bien pueden parecer lo mismo, no se trata de lo mismo, y debes saber qué solicitar en cada caso. En este artículo te explicamos en qué consiste uno y otro tipo de traducción y cuáles son las diferencias básicas que las separan.

Qué es la traducción jurada

La traducción jurada, por definición, es una traducción sellada y firmada por un traductor jurado que ha sido nombrado como tal por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España. El motivo por el cual se trata de un tipo de traducción tan relevante es porque ha de firmarla un traductor jurado designado como tal, lo que implica que la traducción refleja necesariamente y de forma fiel el contenido del documento original. En otras palabras, una traducción jurada tiene valor legal, y por ello es necesario saber en qué escenarios necesitamos una traducción de esta índole y no una traducción simple.

La traducción jurada se requiere a la hora de traducir documentos exigidos por las administraciones públicas, ya sea desde la perspectiva de un particular (carnet de conducir, expedientes académicos, temas bancarios o judiciales, certificados matrimoniales o de nacimiento, informes médicos, etc.) o a nivel empresarial (escrituras de constitución, estatutos, cuentas anuales, etc.).

Según nos explican desde geajuridicas.com, portal especializado en la gestión tanto de traducción juradas como jurídicas, es imprescindible que estas traducciones las lleve a cabo un profesional con los conocimientos y potestad necesaria para poder efectuarlas, y entre sus características figura que la traducción del documento será íntegra (es decir, debe reflejarse en la traducción la totalidad del documento, exceptuando elementos gráficos), que la traducción se presentará junto con el documento original, y que dentro de la traducción figurará asimismo la leyenda o el juramento del traductor jurado en cuestión.

Qué es la traducción jurídica

La traducción jurídica también se conoce bajo el nombre de traducción legal, y tiene como principal característica que ha de efectuarla un especialista en Derecho. Los documentos que requieren de una traducción jurídica son documentos pertenecientes a diferentes ámbitos legales, y es necesario contar con un traductor jurídico capacitado para poder llevar a cabo este tipo de traducción independientemente del ámbito, pues siempre será necesario contar con un abogado versado en la materia que vaya a traducirse, como puede ser el derecho digital, mercantil, sanitario o tributario, entre otros

Por norma general, los documentos jurídicos originales han sido redactados por especialistas del Derecho, de ahí que sea necesario contar con un abogado capaz de traducir el lenguaje técnico de esta disciplina en general y de la materia que vaya a traducirse de forma particular. Asimismo, no basta con conocer la lengua a la que se va a traducir, pues una traducción de esta índole no es únicamente una traducción simple sino que requiere de comparativas entre los aspectos legales del documento original y su aplicación en el país de destino.

Diferencias entre traducción jurada y jurídica

Como hemos visto, si bien tienen como particularidad común que la traducción jurada y la traducción jurídica requieren de un profesional específico de determinados campos, no se trata de la misma disciplina y por lo tanto es necesario conocer qué necesitamos en cada caso. Las principales diferencias entre un tipo de traducción y otra son:

  • Rango del traductor. Con rango nos referimos a que un traductor jurídico puede ser una trabajador independiente o por cuenta ajena que siendo especializado en idiomas y Derecho comparado pueda llevar a cabo la traducción de documentos de base legal, en tanto que la traducción jurada debe estar firmada necesariamente por un traductor jurado reconocido como tal por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
  • Sector. La traducción jurídica o legal está eminentemente orientada a la traducción de documentos legales, en tanto que las traducciones juradas están orientadas a traducciones de documentos variados que vayan a ser presentados en administraciones públicas. Por ejemplo, una persona que requiera de la traducción de un certificado de nacimiento no necesitará una traducción jurídica sino jurada, pero una empresa puede necesitar un traductor jurídico a nivel interno para gestionar determinada documentación.
  • Precio. Debido a la relevancia y a la burocracia envuelta en la realización de traducciones juradas, por norma general estas últimas tienen un precio mayor que las traducciones jurídicas, si bien depende mucho del sector en el que se contrate la traducción en cuestión y de la empresa que realice el proyecto. Al tratarse de temas relacionados directamente con el ámbito legal o con efectos a nivel administrativo es necesario contactar con agencias de traducción profesionales para gestionarlo.

En resumen, y para comprenderlo mejor, un traductor jurídico es un traductor especializado en traducciones relacionadas con Derecho, y un traductor jurado es un profesional responsable de realizar traducciones de validez oficial.